jueves, 10 de noviembre de 2011

De dar y recibir amor

De dar y recibir amor y de la reciprocidad en él


Dicen que dar es más fácil que recibir. Excepto para los niños pequeños, claro, que piden y reciben con facilidad …

Mi hijo mayor era un pequeñín muy generoso, desde los tres o cuatro años. Era notable. 
Yo no recuerdo con claridad suficiente mi niñez como para decir que fui generoso, 

que fui tacaño o que fui tan común y corriente que no me destacaba en ese aspecto.

En cuestiones de sexualidad y erotismo, dar y recibir son dos facetas de la relación y de las personalidades involucradas que se deben explorar y que ayudan a mejorar dicha relación. No son lo mismo, ni siempre se parecen, y aunque sí están relacionadas, no lo están tan directamente que uno pueda darse cuenta de lejos cómo será una persona al recibir por su forma de dar, ni vice versa.

La mayoría de nosotros no estamos preparados para recibir amor como quisiéramos. La sociedad está llena de personas que dicen que no encuentran pareja, pero esto es porque ellas no saben qué es lo que quieren ni saben cómo ofrecer su amor a las personas que les atraen. Cuando se trata de recibir amor, la mayoría de nosotros no podemos decir que somos talentosos. Ser un buen amante no sólo significa dar placer a la pareja, tener tino para los detalles y hacer regalos sin motivo aparente ni fecha de por medio. También significa saber dejarse querer y amar pues esa es una faceta tan importante como la otra. Si no, que le pregunten a las personas que se sienten frustradas sexualmente con sus parejas.

Aunque el amor nos rodea y se nos ofrece continuamente, muchos no nos damos cuenta, lo ignoramos o lo despreciamos sin mucho acierto, pensando en las circunstancias, lo que le rodea, “el paquete” en el que viene envuelto. En fin, las oportunidades pasan y no las reconocemos. ¿Por qué? Porque no nos sentimos merecedores de ese amor, y porque no sabríamos como reaccionar si nos lo dieran, no sabríamos qué hacer con él.
En las relaciones íntimas, la dificultad en el recibir amor es fuente de un sinnúmero de disfunciones sexuales. Cada vez que exploramos el dar placer a nuestra pareja, podemos, y debemos darnos la oportunidad de explorar el recibir. Creo que esto es sumamente importante, en especial para las mujeres pero, en general, para todas las parejas que recien inician una relación íntima.

Me despido con un abrazo de corazón a corazón.
M. A.

Nota: La bella imagen que adorna esta entrada es de un fotógrafo francés, el famoso Henri Cartier Breson, y se titula "Amor en el parque"

lunes, 7 de noviembre de 2011

A los lectores del blog de La Fundación ERIN

Queridas amigas, queridos amigos,

Quiero agradecer a los lectores de este web-log, o blog, que han venido a visitar y luego se han tomado el tiempo y el esfuerzo de escribirme un correo para hacer críticas, comentarios y sugerencias. Gracias a todas y a todos de corazón.
Quiero expresar también un agradecimiento especial a Jesús Héctor Betancourt por los comentarios que incluyó. Me llena de alegría saber que él acaba de convertirse en seguidor de este blog. Héctor es un gran escritor y poeta y tiene una trayectoria larga y amorosa en el apoyo a las artes en Cuernavaca digna de mejores resultados.
El día de hoy la suma de visitantes pasó la marca de los 180, sí, ciento ochenta. ¡Guáu! Lo señalo porque yo no pensé en llegar a ese número de visitas antes de terminar el año. Les agradezco a todos los que han recomendado el blog a sus amigas y amigos. ¿Alguien sabe quiénes son los visitantes de Rusia? ¿Podrían dejar un comentario?
Quiero aprovechar para agradecer también a las personas que me ayudaron en los primeros pasos. En especial a José Luis Ojeda, quien me ayudó a decidir sobre las plataformas y la tecnología, me ayudó a mantener el entusiasmo y me guió de la mano en la creación de las cuentas. A Elízabeth Woodhouse y Nora Alvarado por darme sus consejos y su apoyo. A Virginia Samaniego y Carol Martínez, primera seguidora, por sus críticas y sugerencias. A los compañeros de Pro-Empleo, por su atenta escucha.

Me despido con un abrazo de corazón a corazón
M.A.

domingo, 6 de noviembre de 2011

El Deseo Sexual



Deseo ¿de qué? Sobre el deseo y la pasión sexuales

Uno de los temas que permea esta web-log es el del deseo y su expresión activa. No cabe duda de que el deseo sexual es uno de los más intensos y activos. Tampoco me cabe duda de que es el deseo más reprimido en la mayoría de las sociedades. Ni siquiera el deseo de matar al prójimo es tan grande. Las guerras aparte, la mayoría de las sociedades tienen mecanismos punitivos muy sofisticados e integrados para la represión de la sexualidad, lo que Wilhelm Reich llamaría los mecanismos que mantienen la Economía Sexual, en tanto que para la expresión de la agresividad hay un conjunto de opciones de expresión más o menos amplias y aceptadas, desde los deportes de agresión, como las artes marciales, el boxeo, el fútbol (football), hasta las actividades lúdicas en las que la agresión se expresa de manera simbólica.
En cambio, para la expresión del deseo sexual las sociedades no nos ofrecen más que una o dos opciones, por ejemplo, el baile de salón; en muchas sociedades, desgraciadamente, ni si quiera eso.
Existen el dinero, la fama, la pertenencia, la seguridad, el miedo, el hambre y el deseo sexual como motivaciones de la acción, entre otras que no menciono porque son menos comunes, aunque no necesariamente menos importantes. Las motivaciones, sean primarias o no, son fuerzas poderosas que nos ayudan a pasar de un estado de contemplación, descanso, indiferencia o desidia a uno de acción. Y esto es de suma importancia en la vida y en la sexualidad y el erotismo. Debido a que la sexualidad es una parte tan importante de nuestra vida desde la niñez, y que nuestra reproducción depende de ella, el control de la expresión del deseo es algo importante pues la reproducción depende de la participación de dos personas de común acuerdo.
Pero en el erotismo, la expresión y el control del deseo se sumergen en un ambiente de finura, delicadeza, agresión bajo control, simbolismo y seducción. Quizás por esta misma complejidad, el erotismo es tan ajeno a la mayoría de las personas, quienes lo confunden con una sexualidad un poco romántica, o exagerada, ya sea mucho o solo un poco.

¿Y la pasión? ¿Qué es la pasión y qué lugar juega en el amor?
En la corteza prefrontal del cerebro humano, al final de la adolescencia y principio de la juventud, se termina el desarrollo de las habilidades de juicio crítico, auto-crítica y auto-control; funciones importantísimas en un ambiente gregario, como es el de las sociedades sedentarias modernas.

Pero también es de suma importancia en el erotismo. Si una persona tiene deficiencias en esta área del cerebro y de su personalidad, su capacidad de desarrollo erótico y de su expresividad erótica se ven disminuidas, en tanto que la pasión sexual, dadas circunstancias favorables y un poco de ayuda química (feromonas, principalmente), se expresa con bastante naturalidad. Pero, como la sexualidad es una fuerza tan poderosa, esta pasión, en el cuerpo de una persona que no ha desarrollado bien su auto-crítica, su auto-control y el juicio crítico, puede llevar por derroteros francamente peligrosos. Quizás este asunto está entre los justificantes primarios en el trasfondo de la represión social de la sexualidad, en las sociedades lideradas por personas que no se distinguen mucho de los adolescentes a los que quieren controlar, o que ven a los demás como adolescentes incapaces de auto-control.

Por otro lado, la pasión sexual es también una forma del gusto, una expresión del deseo hacia la pareja sexual que se desborda en momentos propicios. Y el gozo es tal que, una vez satisfechos, pensamos que hemos logrado lo máximo en satisfacción sexual. Pero el deseo regresa pronto, y con él, si las circunstancias son favorables, la pasión.
Otros ven la pasión sexual como un estorbo, como un defecto animal que nos acompaña mientras somos jóvenes, mientras las hormonas sean abundantes.

La pasión sexual intensa y arrebatadora, esa pasión que parece arrebatarnos el juicio, no es la única forma de la pasión sexual, y su conducción por los senderos del erotismo es una de las aventuras más satisfactorias y enriquecedoras de la condición humana. Muchos intuimos esto mucho antes de poder realizarlo.

Hasta la próxima me despido con un abrazo de corazón a corazón.
M. A.

Nota: Las imágenes que adornan esta entrada son:
Blanco y Negro = "Un Beso", de Henri Cartier Breson, 1969 y
A color = "El rajá acaricia y es acariciado", arte erótico Hindú.