lunes, 14 de julio de 2014

Las enfermedades venéreas

 Las Enfermedades Venéreas 

Venérea = relativo a Venus, relacionado al amor; suele usarse como adjetivo y referirse a las enfermedades de transmisión sexual. 
(Venus descansando)

      Una de las metas de La Fundación ERIN es educar para ejercer una sexualidad plena, responsable y satisfactoria; por ello, las enfermedades venéreas y las formas de prevenir y combatirlas es un tema importante que abordamos ahora.  No es uno agradable para muchos, pero sí es un tema que debe conocer cualquier persona que pretenda ejercer su sexualidad de manera responsable. 

   Más conocidas hoy como Infecciones de Transmisión Sexual, ITS, o enfermedades de transmisión sexual, ETS, las enfermedades venéreas siguen siendo muy comunes a pesar de que hay tratamientos bien conocidos, de que existen las técnicas y aditamentos de prevención efectivos, y de que las autoridades sanitarias ejercen medidas de control para detectarlas, contenerlas y evitarlas. 
  
   Se les llamaba venéreas porque se decía que venían de Venus, la diosa del Amor.  Aunque esta terminología ya no se usa, vale la pena reflexionar sobre ello, pues no es necesario que una persona sea promiscua y tenga relaciones sexuales con muchas otras personas para contagiarse.  La verdad es que no se sabe bien qué tan ampliamente distribuidos están, por ejemplo, los virus de las enfermedades venéreas en la población sana, es decir, cuántos son portadores asintomáticos, personas que parecen y se sienten sanas pero llevan consigo el virus causante de alguna de estas enfermedades, como la de Papiloma humano, el Herpes genital, la Hepatitis B y otras menos comunes. 

  Las estimaciones de las autoridades sanitarias respecto a las ETS son dignas de atención. 

   Por ejemplo, entre mujeres en edad fértil, en México, se estima que más del 35% son portadoras de algún tipo de VPH (virus de papiloma humano; según datos recientes del  Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) con motivo de los estudios para el desarrollo de la vacuna contra el VPH). 
       
   Aprovecho aquí para combatir un mito: Por alguna razón que desconozco, se ha popularizado la idea de que los hombres son menos propensos al VPH. Esto no es verdad. Que la presencia de VPH en mujeres se ha asociado al cáncer cervicouterino no implica que los VPH no provoquen daños en los órganos genitourinarios masculinos o en otras mucosas. Si la edad de inicio de la actividad sexual y el número de parejas son indicativos, la prevalencia en hombres debe ser igual o mayor.   

      
    (Importancia del VPH en cáncer a nivel global, según Parkin, 2006.)  

    Algunas personas, por la difusión que han tenido las noticias sobre VIH/SIDA, creen que esta es la ETS más frecuente, sin embargo, la realidad es otra. Las verrugas genitales vulgares, o verrugas vulgares genitales, son la ETS más común en México (ver http://www.medicinaysalud.unam.mx/seam2k1/2008/ago_01_ponencia.html ) con una tasa de incidencia del 17% por cada cien mil habitantes. 

   Para dar otro ejemplo de nuestro país: El Hospital Universitario de Puebla (ver http://www.amimc.org.mx/revista/2010/30_1/prevalencia.pdf ),  reporta que siete de cada mil consultas de mujeres mayores de quince años presentaban cuadros de ETS en el año 2008, siendo candidiasis vaginal (la vaginitis), por mucho la más frecuente. Esta enfermedad es causada por un hongo microscópico,  la especie Candida albicans.  

   Otro ejemplo de estudios epidemiológicos en México. En este caso, sobre sífilis, se trata de seroepidemiología, es decir, estudios de presencia de anticuerpos contra Treponema pallidum en sueros de personas adultas (ver  http://bvs.insp.mx/rsp/articulos/articulo.php?id=002065 ), realizado por investigadores del INSP.  En más de doce mil sueros analizados, se encontró una prevalencia mayor al 3% y la falta de uso de condón como método anticonceptivo como el factor predeterminante más importante, con más casos en hombres que en mujeres.        

    Un ejemplo más. De acuerdo a los doctores Domínguez Soto y Díaz González, del departamento de dermatología del hospital Dr Manuel Gea González, de la ciudad de México, en nuestro país ocurren cerca de 200 mil casos de ETS cada año. 

   Dados los números de estos ejemplos creo que las ETS son suficientemente importantes para procurarles más atención. 

   ¿Por qué no se han podido erradicar la gonorrea, la sífilis y otras ETS a pesar de que desde hace mucho se conocen bien los agentes causales, se desarrollaron antibióticos para su combate y las medidas preventivas para evitar el contagio? 

        Las ETS y la educación  

   La impresión general que me dan los medios masivos de difusión es que las ETS no son un tema importante, no son problema de actualidad.  Lo mismo pasa en las revistas.  En la mayoría de los libros de sexualidad humana se habla de todo menos de ETS.  Es una lástima porque lo que se desconoce no se puede corregir.  Un libro muy publicitado en la televisión, escrito por la psicóloga y conductora española Silvia Olmedo, lleva el sugerente título de “Los Misterios del Amor y el Sexo”.  Es el tipo de libro sencillo, ameno, sin pretensiones, de amplia difusión comercial que podría ayudar a los jóvenes a adoptar conductas más responsables que les eviten o, al menos, disminuyan las probabilidades de contagio de ETS, pero, posiblemente, Olmedo no pensó que las ETS son un misterio de la sexualidad humana, ni siquiera para sus lectores, y no incluyó el tema ¡Lástima!  (1)  
 
  
    
 En las escuelas se habla un poco de sexualidad humana, el tema de las ETS se trata de manera muy superficial, por mojigatería o por desconocimiento, con programas que arrastran conservadurismos atávicos (ver, por ejemplo:  http://noticias.universia.net.mx/en-portada/noticia/2012/07/09/949476/necesario-superar-carencias-presenta-educacion-sexual-mexico.html ). 
   
    Las enfermedades infecto-contagiosas son muy complejas de tratar y muy difíciles de erradicar. En el caso de las ETS, como en las otras, las actitudes, las costumbres, la comunicación y otras conductas humanas influyen en nuestra capacidad, como sociedad, de prevenirlas y controlarlas. Si a ello unimos los problemas de vergüenza, las falsas expectativas de los jóvenes hacia sus parejas y las ideas erróneas defendidas por mojigatería o ignorancia, tenemos un terreno fértil para su propagación. Para complicar más las cosas, muchas personas, tanto pacientes como médicos, han hecho mal uso de los antibióticos en el tratamiento de estas y otras enfermedades infecto-contagiosas y ahora hay muchas cepas resistentes a uno, a varios o incluso a muchos antibióticos, lo que complica y dificulta su tratamiento y hace casi imposible su erradicación. 

    Una enfermedad venérea clásica es aquella que se transmite de persona a persona, mediante contacto íntimo, especialmente las relaciones sexuales.  El agente etiológico, es decir, el microbio causante de la enfermedad, suele ser un virus o una bacteria, pero también hay ETS provocadas por hongos y por protozoarios. Las conductas involucradas en la transmisión son el coito o cópula, "el sexo anal", "el sexo oral" y otras demostraciones de afecto en las que hay intercambio de fluidos, como los besos y las caricias.  Es por esto que antiguamente, cuando se comprendió que se relacionaban con las demostraciones de afecto y las relaciones sexuales se les llamó enfermedades venéreas.     
   
    El Tracoma, por ejemplo, es una enfermedad provocada por un parásito llamado Chlamydia trachomatis, que puede provocar ceguera. Lo menciono porque este parásito es extraordinario, es intracelular, estricto y parece que sólo se encuentra en los seres humanos. El modo de transmisión es por roce de la piel o mucosa de una persona con la piel o mucosa de la persona infectada.  Estas enfermedades, por lo tanto, también se pueden transmitir por cualquier conducta que implique el intercambio de fluidos entre dos seres humanos, como compartir jeringas, el parto, etcétera.   
   La clamidiasis es una enfermedad venérea provocada por el mismo parásito, la Chlamydia trachomatis, el cual también causa el Linfogranuloma venéreo (LGV).   

    Sexualidad y enfermedades venéreas 

    La sexualidad humana es compleja; las ideas, la cultura, los mitos y la gran mobilidad actual de la población la hacen más compleja y que las ETS, consecuentemente, sean un problema de salud pública importante, a pesar de que las revistas y los libros sobre sexualidad humana las ignoren.    

   Tener relaciones sexuales con una persona amada no debería significar un peligro a la propia salud; sin embargo, la verdad es otra.  La realidad, como ha sido estudiada por los microbiólogos y los epidemiólogos, como apunto en un párrafo anterior con algunos datos recientes de nuestro país, es compleja, no tenemos la seguridad de que nuestra pareja no nos contagie. Si no se toman algunas precauciones, la probabilidad de contagio se incrementa.  

     Los humanos no somos monógamos estrictos, desde una perspectiva biológica, si acaso somos monógamos secuenciales, como la famosa actriz Elizabeth Taylor (1932-2011), que se casó ocho veces con siete hombres (dos veces con Richard Burton).   
 

   
 
   Las conductas sexuales suelen aparecer, si no antes, en la adolescencia. Se van haciendo más intensas y frecuentes con la edad.  Generalmente, tenemos relaciones sexuales con personas que no conocemos desde la infancia.  Las que son candidatas naturales para que nos enamoremos de ellas suelen ser personas que no forman parte de la familia ni del círculo más íntimo de convivencia infantil, excepto en poblaciones muy aisladas.  De ahí que rara vez conocemos sus antecedentes sexuales.  Como la actividad sexual en pareja suele ser un asunto íntimo y del que se habla poco, las personas con las que tenemos relaciones sexuales suelen haber tenido experiencias, antes de conocernos a nosotros, que ignoramos y que representan un riesgo para nuestra salud. 
   
    Hoy en día, por más que sigue siendo el ideal en muchas poblaciones, son raras las parejas en las que ambos llegan vírgenes al matrimonio.  En ese caso, mientras se mantengan fieles, lo más probable es que nunca se contagien ETS.  En los demás casos, que creo que son la mayoría, lo más probable es que el que tiene más experiencia sexual contagie al que menos, aunque no siempre suceda, ni siempre en esa dirección.  Otra cosa que sucede es que la pareja llega limpia al matrimonio, entre ellos no se contagian al inicio pero, con el tiempo, uno o ambos tienen un amorío, una aventura o relación extramatrimonial. De esta forma, uno, o ambos traen los patógenos a la relación y contagian a la pareja. 

     La precaución más simple, también efectiva, es un poco de higiene. En la Fundación ERIN, recomendamos bañarse bien con agua y jabón antes de tener un encuentro amoroso y tener a la mano un condón de látex.  Recomendamos usar un condón en caso de querer llegar al final, a la cópula. Los condones modernos son muy seguros y son tan delgados que permiten la transmisión de las sensaciones de calor y fricción de manera que el disfrute es casi igual que sin usarlo, por lo que no hay excusa. Pocas personas son alérgicas al látex. Si esto sucede, lo mejor es consultar a un médico y pedirle consejo sobre otras opciones de seguridad y de control de la fertilidad apropiadas a la pareja en cuestión. 






   CLASIFICACIÓN 

   Las ETS se pueden dividir en tipos clasificándolas por su agente etiológico:  las virales, las bacteriales, las fungales y las protozoales; es decir, causadas por virus, bacterias, hongos o protozoarios, respectivamente.   

   En cuanto a protozoarios, el parásito más importante en ETS es la Trichomona vaginalis, que debe su nombre precisamente a que su hábitat es la vagina humana.  Este micro-organismo es “el agente no viral de transmisión sexual más frecuente”, causante de la mayoría de las ITS no provocadas por virus en México, según informes de investigadores especialistas de la UNAM (ver http://www.facmed.unam.mx/deptos/microbiologia/parasitologia/tricomoniasis.html ). T. vaginalis provoca la tricomoniasis vulvo-vaginal. 

   No cabe duda que un poco de higiene y el uso adecuado de un condón nuevo en cada encuentro sexual es el mejor seguro de salud erótica. Use condón y disfrute sin miedo, que el sexo es para eso, para disfrutar de la intimidad erótica con nuestra pareja.  

   Un abrazo de corazón a corazón 

   





 (1) = En los programas de televisión en que he visto a la psicóloga Olmedo, ella sí habla de usar el condón y de “tomar precauciones”, pero no me ha tocado verla hablar de las ETS. Su libro lo publicó la editorial AGUILAR, en 2010.