Redefiniendo
EROTISMO
“El amor es un misterio, el
sexo una urgencia biológica y el erotismo una exquisitez humana”
Clara Coria
ERÓTICA(O)
(Adjetivo): Lo que es sensual, placentero, que demuestra deseo por la
pareja. Puede ser un poema, por ejemplo, con la intención de excitar
sexualmente o de incrementar el deseo sexual y el placer sensual en
la pareja, un deseo que pide reciprocidad, un deseo de intimidad, de
afecto y de ser amado. Por extensión, erótico como adjetivo resulta
de relacionar un ambiente, una cosa, una conducta o una escena a un
acto de amor, o que se usa con la intención de agradar al ser amado.
Erótico tiene más que ver con las emociones y la conducta de
seducción que con la biología de la reproducción; tiene que ver
con agradar a la pareja, dar y obtener placer sexual y obtener el
favor sexual de la pareja.
(La bailarina Misty Copeland)
Entre las expresiones eróticas están muchas conductas que no son abiertamente sexuales que se consideran románticas así como otras que se consideran actos de amor; pero todas tienen un trasfondo sensual y/o sexual.
“El instinto erótico pertenece a
la naturaleza original del hombre. Está relacionado con la más alta
forma de espíritu”. Carl G. Jung, psicoanalista suizo.
“El erotismo es la continuación
del amor por otros medios.” Juan Machín
Aquí exploro el concepto
Erotismo
usando ideas de La llama doble,
del laureado ensayista y
poeta mexicano
Octavio Paz
El
EROTISMO es la expresión poética del amor y el deseo sexual; es la
forma humana de la sexualidad por excelencia. El erotismo es sexualidad humana, es
sexo y es otra cosa también, como dijera Octavio Paz; porque es
amor, consciencia y sexo juntos. El sexo es la fuente primordial.
El erotismo y el amor son formas derivadas del instinto sexual:
cristalizaciones, sublimaciones, perversiones y condensaciones que
transforman al sexo, lo convierten en la sexualidad humana y la vuelven, muchas veces,
incognoscible.
El
sexo es el centro, el pivote de esta geometría pasional. El
erotismo es exclusivamente humano, o eso creemos porque los demás
animales parecen tener relaciones sexuales dictadas por las
estaciones del año, por los ciclos de estro y celo, por cambios
ambientales, no por un acto de voluntad consciente. La primera nota
que distingue al erotismo de la sexualidad es la infinita variedad de
formas en que se manifiesta, en todas las épocas y en todas las
tierras. El erotismo es invención, variación incesante; el sexo es
siempre el mismo. Esto lo vemos con más claridad cuando comparamos
el sexo de los animales con nuestras conductas eróticas. Los
animales parecen repetir siempre un ritual aceptado de antemano por
ambas partes; las mismas posiciones, los tiempos y los ritmos
iguales.
(Pareja bailando be-bop, circa 1951, por Robert Doisneau)
El protagonista del acto erótico es el sexo o, más exactamente, los sexos. El plural es de rigor porque, incluso en los placeres llamados solitarios, el deseo sexual inventa siempre una pareja imaginaria... o muchas. En todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la imaginación, el deseo.
Uno de
los fines del erotismo es domar al sexo y al deseo e insertarlos en
la sociedad. Sin sexo no hay sociedad, pues no hay procreación;
pero el sexo también amenaza a la sociedad. Porque es creación y
destrucción, es agresión y comunión. Pero el erotismo es también una afrenta social porque reclama un tiempo precioso para la pareja, para su goce exclusivo, libre de toda forma de coerción social. Además, el erotismo, no tiene fines reproductivos, no obedece a ninguna consideración económica; sobre todo en la actualidad con la disponibilidad de métodos anticonceptivos tan amplia.
El
amor es ceremonia y es representación; pero es algo más, es la
metáfora final de la sexualidad. No hay amor sin erotismo como no
hay erotismo sin sexualidad.
El erotismo implica sensualidad, disfrute, respeto, ternura, contención, consciencia y piel; tacto en todas sus acepciones.
El erotismo implica sensualidad, disfrute, respeto, ternura, contención, consciencia y piel; tacto en todas sus acepciones.
Se
compara con frecuencia al amor con la amistad. Si se omite el
elemento carnal, físico, los parecidos entre amor y amistad son
obvios. Ambos son afectos elegidos libremente, no impuestos por la
ley o la costumbre, y ambos son relaciones interpersonales. Somos
amigos de una persona, no de una multitud amorfa, sin caras conocidas
íntimamente. Nuestra amiga, nuestro amigo, es una persona preferida. Lo mismo es nuestro amante. Una diferencia: Podemos estar enamorados de una persona que preferimos y que no nos
ame, pero la amistad sin reciprocidad es imposible. Otra diferencia:
la amistad no nace de la vista, como los sentimientos o
las inclinaciones. En el comienzo del amor hay sorpresa, hay
misterio, hay aventura, el descubrimiento de otra persona a la que
nada nos une excepto una indefinible atracción física y,
posiblemente, espiritual; esa persona, incluso, puede ser extranjera
y hablar otro idioma, sin embargo, queremos y podemos comunicarnos.
La amistad, en cambio, nace de la comunión, del roce frecuente y la
admisión de intimidades; de la coincidencia en las ideas, en los
sentimientos o en los intereses, el lenguaje común es indispensable.
Más allá de los parecidos y las diferencias, el amor y la amistad son las dos fuentes de placer más trascendentes de la vida.
Más allá de los parecidos y las diferencias, el amor y la amistad son las dos fuentes de placer más trascendentes de la vida.
Por
eso dice Antonio Gala, y coincido con él:
“El amor es una amistad con momentos
eróticos.”
Un abrazo de corazón a corazón